Qué es y qué implica una planificación para resultados de desarrollo
Escrito por Crysalis y Jabiru
En América Latina y el Caribe, el ecosistema conformado por los gobiernos, los organismos de cooperación internacional, el sector privado, la sociedad civil y la academia enfrenta enormes desafíos a la hora de responder a las necesidades de la ciudadanía, la economía, el ambiente, la seguridad y la sociedad en general. Principalmente, porque los problemas de desarrollo en cada sector son multicausales, de alta complejidad e imponen retos en cuanto a los tiempos y recursos, las capacidades institucionales y las barreras de diálogo entre los distintos actores.
En este artículo presentaremos una herramienta indispensable para asegurar que las políticas públicas sean efectivas y mejoren la vida de las personas, las comunidades, la naturaleza, la economía y la seguridad: la planificación para resultados de desarrollo, desde un enfoque participativo que asegura conocer y comprender las voces de los diferentes actores, promoviendo la apropiación y el compromiso con los procesos encarados, y garantizando su efectividad y sostenibilidad. Pero, sobre todo, una forma de obtener resultados concretos.
El origen y destino de la Gestión para Resultados de Desarrollo (GpRD)
De acuerdo con las Naciones Unidas, el desarrollo es un proceso continuo que implica el crecimiento y mejora de las capacidades de las personas a lo largo de su vida. El desarrollo, la base de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030, implica cómo debemos vivir hoy si queremos un futuro mejor, ocupándonos de las necesidades presentes sin comprometer las oportunidades de las generaciones futuras de cumplir con las suyas.
En simultáneo, la gestión pública en los países democráticos de América Latina y el Caribe es cada vez más auditada por una ciudadanía informada que exige que la inversión de sus impuestos redunde en mejoras en su calidad de vida y en sus oportunidades de bienestar personal, económico y social. En otras palabras, en su desarrollo.
Sin embargo, el funcionamiento tradicional de la administración pública, basado en el cumplimiento de la norma y ajeno a las demandas de la población, es incapaz de responder a estas nuevas exigencias, lo que ha condicionado un cambio de paradigma en lo público: de buscar que se cumpla la norma a que realmente se aporte valor a las personas con las acciones de gobierno.
Es en este contexto donde el enfoque de Gestión para Resultados de Desarrollo (GpRD) se presenta como una respuesta a una necesidad de cambio, modificando la orientación de la administración pública y proporcionando herramientas efectivas para mejorar la vida de la ciudadanía.
En el enfoque de Gestión para Resultados de Desarrollo (GpRD) los resultados de desarrollo son aquellos que proponen eliminar o reducir los problemas que afectan de forma significativa al bienestar y a las oportunidades de mejora de la población.
Los problemas de desarrollo son, por naturaleza, complejos y multicausales, lo que obliga a abordar los cambios con el conjunto de la sociedad incluyendo, además de los poderes del Estado, a las organizaciones de la sociedad civil, el sector privado, la academia y otros actores y sectores relevantes en cada contexto nacional, local o internacional.
Si bien muchos países de América Latina y el Caribe están avanzando en la implantación de la GpRD y hay logros significativos en algunos de ellos, queda mucho por recorrer. Un camino que precisa de trabajo, voluntad política y apoyo técnico en la planificación para resultados de desarrollo.
Las etapas de una planificación para resultados de desarrollo
La planificación para resultados de desarrollo es una herramienta para la administración pública que forma parte esencial del ciclo o espiral de la GpRD.
Este tipo de planificación tiene tres etapas:
Identificación de problemas y resultados de desarrollo
Elaboración de modelos causales
Selección de productos.
Veamos en detalle cada uno.
Identificación de problemas y resultados de desarrollo
La planificación para resultados de desarrollo parte de la identificación de los principales problemas y condiciones que inciden negativamente en la calidad de vida y en las oportunidades de mejora de la ciudadanía, en la economía y en el ambiente. Veamos algunos ejemplos:
Escasez de empleo decente
Violencia
Desigualdad
Bajo crecimiento económico
Vulnerabilidad frente al cambio climático.
Estos problemas y condiciones de vida deben formularse en forma de resultados de desarrollo a conseguir en el futuro, entendiendo por resultado un cambio positivo en la calidad de vida de la ciudadanía, la economía, el ambiente o la seguridad. A continuación, algunos ejemplos:
Habrá incrementado la proporción de la población económicamente activa con un empleo decente.
Se habrá reducido la tasa de feminicidios
Se habrá reducido la desigualdad de los hogares
Habrá incrementado el crecimiento interanual del PIB
Habrá incrementado la proporción del territorio con cobertura forestal, entre otros ejemplos.
Saber formular los resultados de desarrollo es una función importante de quien planifica porque permite establecerlo como prioridades políticas de manera que, por ejemplo, los compromisos del programa de gobierno se concreten en elementos que puedan medirse y, por lo tanto, faciliten la rendición de cuentas a la ciudadanía.
En este saber es clave conocer la diferencia entre formular resultados y formular objetivos. En la redacción del resultado se incluye siempre QUÉ es ese resultado y en QUIÉNES (personas, organizaciones, áreas de la economía o elementos del ambiente) se espera que se produzca el cambio positivo. Cuando es necesario se incluye también DÓNDE se encuentra la población que se espera que mejore y, ya en el plan, se indica CUÁNTO cambio se espera y para CUÁNDO se espera.
Estas condiciones de formular los problemas de desarrollo hace que siempre se cuente con indicadores para medir su evolución.
Elaboración de modelos causales
Una vez identificados los problemas y condiciones que afectan al desarrollo, la planificación continua con el análisis de cuáles son las causas y los factores que inciden sobre el problema, elaborando lo que se conoce como modelo causal, modelo conceptual o red de causalidad.
Ejemplo: Gráfico de modelo causal de la desnutrición crónica según UNICEF
Este es una etapa que marca la diferencia entre la planificación tradicional y la planificación para resultados, porque para todos los elementos de la red hay que aportar la evidencia científica de la relación causa-efecto y, además, hay que incorporar los datos sobre la magnitud de la causa o factor y el grado en que inciden sobre el problema (fuerza explicativa).
Estos parámetros (evidencia, magnitud y fuerza explicativa) generan un paquete de indicadores que van a incorporarse al sistema de monitoreo, seguimiento y evaluación del problema de desarrollo y el resultado correspondiente.
Selección de productos
La siguiente etapa es seleccionar las intervenciones que van a actuar de forma positiva sobre las causas del problema, quién tiene la capacidad de generarlas y qué tiene que hacer la administración pública para que se entreguen efectivamente a la población. Porque no hay que olvidar que el plan derivado de la planificación para resultados de desarrollo se aplica al sector público.
En esta etapa a las acciones que debe ejecutar la administración pública se les denomina “productos”. Un producto, desde este enfoque de trabajo, es un conjunto estandarizado de bienes y/o servicios que la administración pública entrega a una población determinada para contribuir a lograr un resultado.
Los productos pueden ser entregados directamente a la población, como en el caso de los servicios públicos de educación o salud, o ser incentivos o acuerdos con otros actores sociales, como subsidios, contratos o normas de obligado cumplimiento.
Cada producto seleccionado a partir del modelo causal de un problema de desarrollo debe contar con 3 elementos:
la evidencia de su eficacia sobre las correspondientes causas
un análisis de eficiencia
los indicadores pertinentes derivados de estos parámetros.
Una vez identificados los productos, a partir del modelo causal, se cuenta con el diagrama para diseñar el plan.
Los planes con metodología planificación para resultados suelen ser de medio plazo (tres a cinco años), de modo que las metas que se propongan tengan una vinculación realista con las capacidades instaladas y el presupuesto disponible.
El proceso de planificación es acompañado por un sistema de monitoreo, seguimiento estratégico y evaluación que permite mejorar la planificación y la gestión en cada nuevo ciclo de la espiral hacia el desarrollo.
Este sistema cuenta con indicadores desarrollados en las etapas anteriores y proporciona la información para mejorar la planificación, financiación y gestión, así como para rendir cuentas ante las instancias políticas y la ciudadanía.
Alcance y dinámica de la planificación para resultados de desarrollo
El proceso de planificación para resultados de desarrollo tiene que darse en un contexto de diálogo social para incorporar los conocimientos, la experiencia y las preferencias de la sociedad y para mejorar la adhesión de los actores sociales a la implementación del plan que tiene, ineludiblemente, que contar con ellos.
Esto significa también enfrentar desafíos políticos, culturales y técnicos para la administración pública.
Para lograrlo es clave que quienes planifican cuenten con capacidad para interpretar las prioridades políticas y explicar los procesos técnicos a los políticos; conozcan el contexto cultural y faciliten el diálogo y el consenso entre los actores sociales; y apliquen la tecnología y los métodos para llevar a término las distintas etapas de la planificación.
La visión de este proceso es estratégica, pero tiene un aterrizaje operativo, porque llega a definir qué se ha de entregar a la población (productos) y con qué presupuesto se cuenta.
Para facilitar la definición de responsabilidades y la implementación del plan los países suelen agrupar los problemas de desarrollo en los sectores social, económico, ambiental y de seguridad, pero no hay que olvidar que estos cuatro sectores están entrelazados.
En Crisalys y también en la Alianza Jabirú contamos con los conocimientos, la experiencia y las herramientas tecnológicas, científicas y comunicativas para brindar apoyo, capacitar y acompañar a las distintas administraciones públicas nacionales, internacionales y subnacionales, y al resto de actores en la aplicación de la planificación para resultados de desarrollo bajo el enfoque de Gestión para Resultados de Desarrollo (GpRD).
Planificación para resultados
Armonizar la complejidad, definir prioridades